Suelen decirme bastantes veces que el amor quieras o no te llega y no puedes remediarlo, supungo que tendrán razón pero, aún así,
se los niego ya por el simple hecho de tenerle miedo a ese sentimiento que te invade en el interior, elevando las pulsaciones de tu corazón.
Siempre he creído que el amor es tan peligroso, como una hermosa roca al borde de un acantilado y que con sólo una ráfaga de viento, dolorida y triste, caería hacia la oscuridad de la soledad.
Por esta siemple teoría, no he tenido la valentía de entregar mi corazón o simplemente no ha llegado la persona indicada.
Al tener este terror por dentro, me he llenado de orgullo, cuyo cual no ha dejado que mis sentimienso más dulces puedan experimentar, y debo decir que me arrepiento, porque si en algún momento hubiera dejado atrás el orgullo probablemente, una persona, quién sabe cuál, estaría alimentando de felicidad y dulzura a mi cobarde corazón.

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